MOVIMIENTO WALDORF
El trabajo manual es una asignatura que acompaña el proceso de desarrollo del niño durante todos los años escolares. Al igual que las demás asignaturas, está planificada en directa relación con la etapa en que se encuentra el niño en cada curso. Buscamos, a través de diferentes técnicas manuales, desarrollar determinadas capacidades y acompañar procesos anímicos propios de cada edad. Las manos y el sistema rítmico (sentir).
Esta asignatura se mueve entre lo exacto y lo flexible, el niño aprende una técnica precisa y luego, en ese marco, puede crear y plasmar por medio de la imaginación y los materiales un mundo de diversidad.
A través del sentir llegamos al pensar y al actuar. A través de un hilo conductor, que iniciamos en jardín, enrollamos y desenrollamos madejas, anudamos, damos puntadas con hilo, tejiendo la vida y la imaginación, bordando belleza perfecta para en la educación media ser capaces de hilar fino.
La Música es un elemento esencial y se torna asignatura central del Currículum de las escuelas Waldorf ya que permite formar integralmente al ser humano a través del sonido y posibilita una “experiencia espiritual”. Desde el punto de vista de la antroposofía, al hacer música nos movemos en la frontera entre lo espiritual y lo sensible, siendo la música el arte que está en la frontera entre el mundo físico y el espiritual.
Llevar a los niños/as hacia la práctica musical es conducirlos hacia sí mismos, hacia el Ser, y hacia la capacidad de autoformarse física, anímica y espiritualmente. Además, escuchar música y la práctica instrumental de calidad tienen un componente terapéutico, ya que las vibraciones que produce la música resuenan directamente con la vibración del Ser, cuerpo espiritual e inmaterial del hombre.
La música en el currículum Waldorf busca traer su presencia viva y curativa a la vida del niño/a, dándole una oportunidad de experimentar su propia individualidad y su relación con la comunidad.
El Movimiento es la actividad de la voluntad.
Valoramos la importancia y relación del movimiento corporal, desde el nacimiento y en la niñez, con el buen desarrollo de los procesos de lecto-escritura y aprendizaje.
Es gracias al movimiento de donde proviene la alegría: es más ameno dejar de estar sentados y vivir el aprendizaje desde todo nuestro cuerpo.
